Llega Rosalie caminando a la farmacia y le dice al farmaceutico: - Por favor, quisiera comprar arsénico. Dado que el arsénico es muy venenoso, el farmacéutico quiso saber más antes de proporcionarle la sustancia. - ¿Y para qué querría usted comprar arsénico? - Para matar a mi marido. - ¡Ah, caray! Pues lamentable mente para ese fin no puedo vendérselo. Rosalie, sin decir palabra, abre la cartera y saca una fotografía de Emmett con la mujer del farmacéutico... - ¡Mil disculpas! -dice el farmacéutico- no sabía que traía receta...
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